Consejos para que tu profesorado mejore la experiencia de los alumnos en el aula.
Los centros educativos se preocupan por contratar a docentes que dominen los contenidos de las materias, sin embargo, las habilidades socioemocionales son igual de importantes.
La opinión que un alumno tiene sobre un colegio comienza a formarse en el salón de clases, de allí la importancia de capacitar a nuestros profesores para mejorar sus actitudes hacia el estudiante.
Tips para mejorar la experiencia del alumno en el salón de clases
1. Ser conscientes del Efecto Pigmalión
El Efecto Pigmalión es el fenómeno psicológico por el cual nuestras creencias sobre las habilidades de otra persona influyen en la percepción que esa persona tiene sobre sí misma.
Cuando un profesor etiqueta a un estudiante como “flojo” e “irresponsable”, esa opinión será asumido como verdadera por el propio estudiante, lo que generará conductas que refuercen esa idea.
Gracias al Efecto Pigmalión, el maestro desarrollará conductas de rechazo que reforzarán la autopercepción negativa del alumno.
Al autoconvencerse de ser “flojo” e “irresponsable”, el estudiante perderá motivación y el profesor asumirá que su opinión inicial era cierta.
Tu profesorado debe ser consciente que sus palabras y opiniones influyen en el desarrollo académico del alumno.
Recomienda utilizar el Efecto Pigmalión para hacer mejores estudiantes. Reconocer sus fortalezas y alabar sus talentos los motivará a incrementar su desempeño.
2. No critiques
Las personas somos criaturas de emoción y estamos motivadas por el ego y el orgullo, es por ello que cuando recibimos críticas casi siempre nos pone a la defensiva.
Un buen maestro debe encontrar formas asertivas de hacerle ver su error al estudiante. Nunca recurrirá al escarnio público, el señalamiento o la ironía. Tus estudiantes pueden guardar resentimientos durante toda su vida.
Si la falta lo amerita, es mejor que tus profesores hablen a solas con el alumno y expongan sus percepciones de forma calmada y amable.
3. La recompensa enseña más que el castigo
Los estudiantes recompensados por su buen comportamiento aprenderán de manera más efectiva que aquellos castigados por no cumplir con lo esperado.
Una estrategia de recompensas e incentivos tendrá mejores resultados que aquellas basadas en el miedo y el castigo.
Los colegios estrictos y coercitivos tienen mayores índices de mal comportamiento.
4. Mostrar un aprecio sincero y honesto por el alumno
Uno de los impulsores más fuertes del comportamiento humano es el deseo de ser apreciado por los demás. A todos nos gusta que nos feliciten y escuchar que estamos haciendo un buen trabajo.
El anhelo de aprobación y alabanza es lo que motiva a los estudiantes a dedicar más tiempo al estudio y esforzarse por obtener mejores calificaciones.
Solicítale a tus maestros que usen elogios sinceros y honestos para señalar los aciertos de los alumnos. No deben usar halagos falsos o dejarán de creer en ellos.
5. No eres superior al alumno
Todas las personas tienen algo que enseñarnos. Esa idea arcaica de que el profesor era un sabio que llegaba a llenar las mentes vacías de sus pupilos ha quedado en desuso afortunadamente.
Tus profesores deben aplicar la regla de oro “Trata a los demás como te gustaría que te traten”.
Te sorprenderás al ver que tan positivamente reaccionan los estudiantes cuando se alimenta su hambre de reconocimiento.
El hecho que un alumno aporte datos relevantes a tu clase no representa una amenaza a la autoridad intelectual del profesor.
Los maestros que se permiten aprender de sus estudiantes son un ejemplo de humildad y verdadera sabiduría.
Un maestro que entra al aula sintiéndose intelectualmente superior jamás podrá desarrollar canales de comunicación afectiva con sus alumnos.
Capacita a tu profesorado en comunicación asertiva y psicología educativa.
6. Identifica los intereses de tus alumnos
La única forma de influir positivamente en otras personas es hablar sobre lo que quieren y mostrarles cómo conseguirlo.
Instruye a tus maestros para que utilicen ejemplos de temas que sean del interés de los estudiantes, para que através de ellos puedan hablar y expresar sus experiencias.
Pídeles que creen una lista de asistencia y calificaciones en un archivo de Excel y reserven una columna para apuntar los temas favoritos de los estudiantes. Tener esa información a la mano les ayudará a crear ejemplos significativos cada vez que expongan algún contenido.
7. La mejor clase es aquella en la que el alumno habla más
La antigua estructura de catedra en la cual el profesor exponía un interminable monólogo cada vez tiene menos cabida en los nuevos modelos pedagógicos.
Hoy los maestros se encargan de brindar información previa para que sean los estudiantes quienes expongan sus ideas en el salón de clase.
Tu profesorado debe procurar que sus clases tengan siempre una estructura de diálogo constante donde los alumnos reflexionen, reafirmen y desafíen sus propias creencias.
Recuerda que el Marketing Educativo comienza en el interior del centro educativo y nunca afuera de él.