¿Cómo hacer la planeación estratégica para un colegio?
La planeación estratégica en los colegios es el proceso estructurado de prepararnos para el futuro haciendo mejoras en nuestras instituciones a través del análisis de información objetiva que reduzca la posibilidad de error.
«La planeación es un proceso intelectualmente exigente» señala Arrollo (2010) al explicar la naturaleza y el propósito de esta.
Con esta afirmación, el autor enfatiza que la acción de planear es un desafío intelectual porque requiere de habilidades prospectivas que permitan detectar necesidades antes de que se conviertan en problemas urgentes.
La clave para que la planeación estratégica logre adelantarse a situaciones futuras está en su capacidad de obtener y analizar información pertinente.
De allí la importancia de realizar diagnósticos para identificar problemáticas y necesidades por encima de las subjetividades e intereses personales de quienes dirigen el colegio.
Pregúntale a tus alumnos y sus familias.
Es necesario preguntarle a tus alumnos y a sus familias qué tan satisfechos se sienten con tu colegio y los servicios educativos que reciben. Pídeles recomendaciones sobre qué debes mejorar para hacerlos sentir más cómodos y felices.
Averigua qué es lo que más les gusta y qué es lo que menos les satisface, así detectarás cuáles son las necesidades y demandas que debes atender.
5 etapas de la planeación estratégica educativa
Determinar hechos.
Detectar situaciones.
Priorizar las situaciones detectadas.
Definir la mejor estrategia a implementar.
Medir resultados.
1. Determinar hechos
Toda planeación estratégica parte de un análisis situacional. Planear sin una metodología de diagnóstico situacional es hacer castillos en el aire.
Debemos aprender a detectar las necesidades de un colegio desde la óptica de los alumnos, y no desde la mirada de los administrativos.
En ocasiones, los directivos confían demasiado en su forma de ver y entender el entorno, cuando muchas veces la realidad es engañosa.
Es necesaria la aplicación de encuestas al alumnado que permitan visibilizar problemas que pudieran estar ocultos en la cotidianidad y que podrían representar un riesgo a futuro. Recuerda que los pequeños incendios son más peligrosos, porque nadie se percata de ellos hasta cuando ya son incontrolables.
En esta primera fase de la planeación estratégica obtenemos hechos objetivos que están libres de cualquier subjetividad.
Por ejemplo:
En 2020 incrementó nuestro alumnado en un 15%.
2. Detectar situaciones
Una vez que tenemos clara la situación del colegio, procedemos a detectar las distintas situaciones y las respectivas oportunidades y amenazas que estas conllevan.
¿Cómo detectamos situaciones?
Esto se logra relacionando varios hechos objetivos entre sí.
Por ejemplo:
En 2020 incrementó nuestro alumnado en un 15%, pero los ingresos se redujeron en un 22%.
Cuando cruzamos 2 o más hechos objetivos comienzan a aparecer de forma más clara las situaciones.
¿Por qué se redujeron los ingresos pese a tener más alumnado?
Respuesta: por el otorgamiento indiscriminado de becas.
Cuando detectamos una situación, debemos proyectar sus respectivos riesgos y beneficios. En este caso, el otorgamiento indiscriminado de becas es más peligroso que benéfico, pues está afectando los ingresos del colegio.
En esta etapa es importante identificar distintas situaciones y plantear todos los posibles escenarios que pueden generar.
3. Priorizar las situaciones detectadas
Una vez que se identifican las distintas situaciones del colegio, aparece otro desafío intelectual de gran importancia: jerarquizar y priorizar dichas situaciones, lo cual representa otro gran paso en el proceso de planeación estratégica.
Para esta tarea, es conveniente crear comités interdisciplinarios capaces de construir una visión integral desde diferentes ámbitos y posturas profesionales.
Si todo el equipo que conforma un colegio participa en la toma de decisiones, habrá un entendimiento compartido del porqué de cada acción y el nivel de compromiso será mayor.
La importancia de la toma de decisiones desde la información, el diagnóstico y la visión interdisciplinaria no solo hará más factible los planes tácticos y operativos (Hernández, 2010), también motivará un mayor compromiso e implicación desde las distintas áreas que integran la compleja práctica de la gestión educativa.
En esta etapa tenemos que elegir la situación más urgente a solucionar. En muchas ocasiones, hay una situación específica que es la que está provocando otras.
Por eso es muy importante hacer este análisis para saber cuál de todas las condiciones detectadas es la más importante.
4. Definir la mejor estrategia a implementar
Al tener claridad sobre cuál debe ser nuestra prioridad, procedemos a plantear una estrategia y un plan.
La estrategia es el cómo vamos a solucionar la situación. El plan es: quién hará qué, cuándo, por cuánto tiempo y cuál será su costo.
Muchas estrategias fracasan por no tener un plan viable o por no considerar los costos y el tiempo del mismo.
5. Medir resultados
Necesitas establecer indicadores claros, medibles y objetivos que te permitan medir los resultados de la estrategia y el plan.
Lo mejor es hacer evaluaciones de resultados cada 3 meses, de esa manera podrás darte cuenta si estás obteniendo resultados o no.
Referencias
Arrollo, Jorge (2010) La Naturaleza y el Propósito de la Planificación.
Hernández, Nora (2010) Principios de la planeación.