La cultura institucional puede afectar o mejorar la reputación de un colegio.
El prestigio y las opiniones sobre el colegio
Cada institución educativa tiene una imagen o reputación que ha construido en el imaginario social y que se manifiesta a través de expresiones como: “esa escuela es para ricos y estirados”, “en esa universidad, hay puro maestro barco”, “allí estudian puros delincuentes”, etc.
Si bien es cierto que cada escuela segmenta sus servicios educativos enfocándose en un perfil de alumno que los mercadólogos denominan “target”, también es verdad que cada colegio termina siendo un universo de personas diferentes entre sí.
Desafortunadamente, a la mayoría de la gente le gusta poner etiquetas y calificar a las personas y a las instituciones.
El problema está cuando se pretende generalizar a todas las personas de un colegio, pues en cada aula y en cada oficina siempre habrá una gran diversidad de personalidades.
Sin embargo, esas etiquetas no surgen de la nada, suelen ser interpretaciones de la personalidad y el estilo que la institución proyecta a través de gran parte de sus alumnos, profesores y egresados.
La idea prejuiciosa jamás engloba a toda la realidad de una escuela, pero tampoco está totalmente alejada de ella. Siempre habrá una historia, problema o antecedente detrás que la haya creado.
Es por todo esto que recomiendo que los colegios monitoreen de forma constante todo lo que se dice de sus marcas educativas en redes sociales.
¿Cómo monitorear las menciones de nuestra marca?
SEMrush
Para ello existen herramientas muy útiles como el Brand Monitoring de SEMRush que nos permite recibir alertas de cada mención que los usuarios realicen sobre nuestro colegio.
Cabe mencionar que SEMRush es una herramienta de pago y ofrece una prueba gratuita de 7 días. Pero créeme que vale la pena. Si tu colegio puede permitirse esta inversión, verás que te será de muchísima utilidad.
Aquí te dejo el enlace de Brand Monitoring de SEMRush:
Pero no solo los chismes, las crisis y los escándalos crean etiquetas para nuestro colegio. Más importante que todo lo que externamente se dice de una escuela, es la que internamente sucede dentro de sus oficinas, sus salones de clase y sus pasillos.
Estas acciones cotidianas, que algunos directivos suelen considerar irrelevantes, son las que realmente construyen la reputación de cualquier colegio.
La apariencia y el comportamiento de nuestros maestros, la atención que reciben los padres de familia cuando acuden a nuestras oficinas, las reglas y políticas con las que contamos y nuestra manera de hacerlas válidas, serán factores relevantes para la opinión que los demás tengan sobre nuestro colegio.
A estos rasgos de identidad o señas particulares que las personas vinculan con las instituciones, se les conoce como cultura institucional. la cual está formada por elementos tangibles e intangibles.
Reputación y su relación con la cultura organizacional
Ejemplos de elementos tangibles son las instalaciones, las aulas, el inmobiliario, la decoración de las oficinas y la limpieza de los espacios.
Ejemplos de elementos intangibles son el comportamiento de los alumnos, la preparación académica de sus profesores, la manera en que los directivos toman decisiones, el clima laboral y los valores de los equipos de trabajo.
Los directivos deben procurar el mejoramiento constante de ambos elementos, tanto los tangibles como los intangibles.
Un error que noto en algunos colegios públicos es que se preocupan demasiado por tener instalaciones de primera y equipo actualizado, pero descuidan la parte intangible con ambientes laborales tóxicos, personas poco preparadas en puestos de poder y maestros recomendados que imparten materias que no van acordes a su perfil profesional.
La cultura institucional es la responsable de cómo las personas del exterior perciben a la institución. Pero no nos preocupemos tanto por lo que se dice allá afuera, mejor ocupémonos de lo que sucede adentro de nuestros centros de trabajo.
Si bien, toda cultura halla su sustento en un imaginario, no podemos olvidar que ese imaginario se construye en las acciones cotidianas que realizan todas las personas que integran una escuela.
«El imaginario matiza, tiñe y altera la relación que cada sujeto tiene con la institución», lo cual facilitará u obstaculizará -según sea el caso- el desarrollo de las actividades escolares (Frigerio, Poggi y Tiramonti, 1992).
Si sientes que la cultura de tu escuela no es buena, no te preocupes: ninguna cultura permanece fija o inmóvil, todas están en constante cambio.
Así que en vez de lamentarte o culpar a otros, pregúntate ¿qué puedes hacer tú para mejorarla?
Si queremos un cambio, debemos comenzar con nosotros mismos.
Referencias
Frigerio G., Poggi M. y Tiramonti G. (1992) Las Instituciones Educativas. Cara y Ceca. Elementos para su comprensión.